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¿Enigmática Cuenta Atrás?

John McMillan

El 18 de septiembre, Escocia, que forma parte del Reino Unido desde hace 30 años, celebra un referéndum sobre la conveniencia de separarse del resto del Reino Unido y convertirse en un país independiente.

Suponiendo que hay gana el “Si”, el gobierno de Escocia tiene una gran negociación por delante si quiere cumplir con el plazo autoimpuesto del 24 de marzo de 2016; apenas 18 meses después del conteo de los votos.

Los plazos son espadas de doble filo. Los secuestradores fijan plazos, “Si el rescate no se paga en una hora, entonces vamos a matar a los rehenes”. Hasta la fecha límite el poder recae en los secuestradores, pero a medida que la fecha límite se acerca el equilibrio de poder se equilibra. Si se supone que los secuestradores están fanfarroneando, entonces la mejor táctica es no hacer nada. Si el p lazo pase y no hay cadáveres, entonces el cambio de poder y la credibilidad de los secuestradores se reducen.

 Entonces, ¿Es buena táctica para el Gobierno de Escocia, declarar una fecha límite para que las negociaciones se celebren? Probablemente no. Hay tantos temas que se necesitan acordar entre el rUK (rest of the UK) y el nuevo Estado, que hace muy poco probable que se resuelvan dentro  del plazo de tiempo fijado. Esto le da el poder a los negociadores del rUK, a sabiendas que los escoceses están trabajando con una fecha límite; cualquier retraso trabaja a su favor.

El otro problema para los negociadores escoceses es que sus políticos han presentado su lista de peticiones como el acuerdo final. Obviamente, ya que esto es una negociación, el acuerdo final será diferente desde su punto de partida. Cualquier negativa a un punto de la lista, podría ser vista como una “perdida” con sus consecuencias políticas.

Nuestra experiencia en las habilidades de negociación de los funcionarios públicos, sugiere que podrían no estar preparados para las brutales negociaciones que se avecinan. rUK estará defendiendo sus intereses vigorosamente. No será una negociación cooperativa.

Su carga de trabajo se ha incrementado considerablemente por otras dos negociaciones paralelas que tendrían que llevarse a cabo al mismo tiempo: con la UE sobre los términos de la adhesión, y con los países de la ONU sobre los 600 o más tratados que el actual Reino Unido ha puesto en marcha. Además de los intereses políticos que estarían estrechamente vinculados a los resultados, por lo que se verían tentados a intervenir en todas las etapas.

Todo esto sugiere que tendría que haber una rápida expansión de las funciones públicas para apoyar a todos estos negociadores, así como los necesarios para duplicar todos los servicios actualmente prestados por el Reino Unido. Esto debería crear grandes oportunidades de empleo para los negociadores expertos. Me pregunto, ¿Cuándo empezaran a aparecer los anuncios de empleo?

 

John McMillan

 

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