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Por Qué Le Tengo Simpatía a Joseph Blatter

Stephen White

Una mujer trata de subir a un autobús atestado de gente en la estación de autobuses. Los pasajeros le impiden el paso. Ella protesta. “Debo subir en ese autobús” dice ella. “¿Por qué?”, responden los pasajeros. “¿Por qué crees que eres más importante que el resto que ya están en el autobús?” “Porque soy el conductor” dice ella.

Hace dos semanas vimos a Joseph Blatter ejerciendo sus derechos como “conductor” para quedarse en al autobús, a pesar de que más y más de sus compañeros se sentían incomodos con su insistencia. Finalmente, la presión llego hasta él, y ahora todo el edificio de la FIFA se está derrumbado ante sus ojos. La última noticia es que el proceso de adjudicación de la Copa Mundial de 2026 se ha suspendido debido a la creciente especulación que hubo ciertas irregularidades en el procedo de 2018 y 2022. Blatter piensa que puede permanecer como conductor del autobús hasta final de año – no creo que este más de unos cuentos días o semanas si surgen más escándalos.

Blatter se considera como el elemento central de la FIFA en sus 17 años como presidente, y probablemente algún tiempo anterior. A medida que la noticia del supuesto soborno y corrupción, hace ya más de 5 años, debió darse cuenta que no era capaz de manejar las noticias acerca de la FIFA, porque él era la noticia. Ese era el momento para dejar paso a alguien nuevo, no contaminado por las acusaciones, quien podría canalizar los problemas y resolverlos. Pero en cambio, no podría imaginar una vida, pata él o la FIFA, sin él como centro, por lo que sobrepaso su tiempo en el autobús.

Hace nueve meses nos invitaron a presentar una propuesta para una importante multinacional. Dirigí el proceso a través de toda la parte mecánica de la presentación, cada vez más y más involucrado en el detalle de cuáles eran las necesidades del cliente y como nuestra oferta podría adaptarse mejor a sus necesidades. Me convertí en el oráculo del conocimiento – no había pregunta que no podía responder, ya sea por parte de un cliente o de un colega. Vivía y respiraba este proyecto – conseguir el acuerdo se convirtió en un objetivo personal.

Pasamos con éxito la primera fase del proceso, y el cliente nos pidió una reunión cara a cara. De mala gana, llegue a la conclusión de que yo no era la persona adecuada para ir, de acuerdo a mi conocimiento de la industria del cliente, el perfil de edad, la cultura y así sucesivamente. Así que instruí a un equipo específicamente seleccionado que coincidiera con el perfil del cliente, y fuera a la reunión. Debo decir que me dolió mucho no estar allí. Pero me di cuenta de que tenía que bajarme del autobús y que se necesitaba un nuevo conductor si queríamos llegar a nuestro destino.

Aunque aún hay que poner los puntos sobre las íes, parece que lo hemos logrado, y el equipo ha hecho un gran trabajo – felicitaciones para ellos. Aunque hubiese podido persuadirme a mis mismo de quedarme e ir a la reunión. El hecho es que estaba lejos de ser imprescindible; lo reconocí a tiempo, aunque fue una decisión dolorosa, que me hubiese convencido fácilmente de no hacerlo.

Muchos negociadores de alto nivel cometen el mismo error que el suizo Joseph Blatter. Sentir la necesidad de “estar presente hasta que el trabajo esté completo” es una ambición noble, pero temeraria, si aumenta la posibilidad del fracaso final. Los ejemplos se encuentran donde el choque hay choque de personalidades con la otra parte (lucha de los macho alfa), o en conflictos de interés (estrecha relación con un competidor). Así que los negociadores deben comprobar con regularidad el equilibrio entre sus capacidades personales y las necesidades de la organización para llegar a un final exitoso. Liderar desde el frente no es la única manera de liderar. A veces necesitan  pasar desapercibidos por el bien de la organización.

Si Joseph Blatter es culpable de haber participado en las denuncias formuladas a la FIFA, ya sea a través de omisión o comisión, se merece todo lo que le ocurre. Pero esto le resulto difícil de ver en el momento adecuado para parar, esta es la razón por la que le tengo simpatía.

 

Stephen White

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