Me encanta estar en casa Amo estar con mi familia. ¿Pero TODO el día, CADA día? Y luego me acordé de que una de las cosas más importantes que enseñamos como negociadores profesionales es hacer preguntas, buenas preguntas y, lo más importante, escuchar las respuestas. De hecho, ¡La capacidad de escuchar es probablemente la mejor baza del negociador!
Entonces, le pregunté a mi mujer si quería decirme algo sobre la experiencia actual del confinamiento, que pudiera ayudarla a ella (y a otros), y que creara más armonía en casa ¡La respuesta fue, digamos, directa, rápida y robusta!
Cariño, lo que me prometiste, ¡Mira abajo!
- Planificar con anticipación qué comer para evitar la tensión antes de las comidas. Si no se puede estar de acuerdo, cede si el día anterior la elegiste tu o cambia los toppings del plato para que sea para todos los gustos
- ¿Necesitas hacer una conferencia? Prepárate de antemano; pregúntale (no le digas) si podría no meter ruido en casa durante ese tiempo.
- Uso del espacio: cada persona necesita un área privada donde se apliquen sus reglas
- Si tienes adolescentes o jóvenes (o maridos malhumorados) que están intentando picarte, no los ignores ni pelees. Tienes que hacer la pregunta ... a veces todo lo que necesitamos es un empujón.
- Echa un vistazo y proponlo, esto también se aplica a la decisión sobre las comidas, lo que ver en la televisión o quién se encarga de las tareas domésticas.
- Si has acordado las reglas sobre cualquier cosa: ordenar, privacidad, cocinar, cúmplelas. Pero a medida que el tiempo pasa, las circunstancias cambian y debes ser flexible a ello.
- Aléjate (lo más lejos posible) de un debate que vas a perder porque no se gana nada peleando con un niño / compañero / compañero de piso cabreado / sensible/ hambriento. Deja que la situación se calme y luego regrese con la misma propuesta, pero de forma calmada para decirte sus necesidades
- Elije un horario para las comidas (a menudo un tema de riña entre un joven vs. mayor) - en lugar de cenar a las 9 o 10, pon un horario de 8.30-9.30 para que a todos los comensales les parezca bien.
- Tú cocinas y yo friego.
- ¿Qué ver en la televisión? Decide antes que ver para evitar una pelea. Haz un turno en la semana para que cada persona elija.
- ¿Quién ordena? Un campo de batalla común. Lo que pudo haber sido las reglas durante el 'tiempo de paz' ya no se aplican. Y no es tan fácil como "es tu desorden, así que lo arreglas". Esto fomenta un escenario que no es saludable. El desorden afecta a todos en la casa, pero no todos podemos ser tan ordenados como la persona más ordenada.
- Haz un planning de limpieza: para que todos colaboren
- Fomenta el 'intercambio' en las tareas.
- Se considerado. Dale a las personas el mayor espacio personal posible y respeta su privacidad. El aislamiento no cambia estas reglas.
- Sé generoso. Harán lo mismo contigo. Deja que alguien vea su programa favorito, limpie la sala para una conferencia o haga otra tarea; esto se corresponderá en una fecha posterior.
- Esto no lo hace un hada y todos pueden ayudar, incluso si no lo has hecho en el pasado. Los niños pequeños pueden emparejar los calcetines y hay mucho tiempo para aprender a planchar. Los roles tradicionales deben adaptarse a las nuevas circunstancias.
La respuesta ha estimulado algunas conversaciones animadas y muchas risas. Pero hay un punto serio aquí. Si escuchamos más al otro lado, si pensamos en sus necesidades, motivos, prioridades y frustraciones, podemos negociar un 'acuerdo' mucho más valioso para ambas partes. Y eso se aplica tanto en el mundo comercial como en casa.
Tengo que correr, doblar la ropa. ¡No se llama señora Savage por nada!